El humano, como todo ser vivo, es objeto de estudio de la biología. La química farmacéutica, por su parte, se apoya fuertemente en la biología y sus ciencias afines. A pesar de esto, ¿es posible trazar un límite entre la biología y la química farmacéutica? Creemos que sí, aunque debido a las estrechas interrelaciones entre la biología y la química farmacéutica ese límite no sea preciso y definido.
Los químicos farmacéuticos, en su afán por comprender profundamente las enfermedades, emplean métodos exploratorios que por su naturaleza pertenecen a la biología. La profundización de esa actividad exploratoria, investigadora, puede llevarlos a entrar más y más en el campo de la biología pura, apartándolos progresivamente del de la medicina. Lo que los mantiene, sin embargo en el campo de la química farmacéutica es el tener siempre a la vista, como objetivos inmediatos, la prevención y la curación de la enfermedad.
El límite entre biología y química farmacéutica, aunque no preciso y definido, puede ser, pues, esbozado teniendo en consideración los dos objetivos principales de la química farmacéutica. Una actividad investigadora será más farmacológica que biológica cuando persiga mejorar la prevención y la curación de las enfermedades y, a la inversa, más biológica que farmacológica, cuando en la profundización del estudio se tienda a perder de vista estos objetivos.
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